No a la Europa del Semiesclavismo

viernes, 20 de junio de 2008


En 1917 la Organización Mundial del Trabajo (OIT) aprobó que el tiempo máximo de trabajo semanal sería de 48 horas, poniendo así fin a una larga historia de jornadas prolongadas y penosidad laboral propias del siglo XIX y de la Revolución Industrial.
La medida ha supuesto una constante en el Derecho Laboral europeo, tanto a nivel nacional como, con la formación de las Comunidades Europeas, en el marco comunitario. Su probado éxito en las relaciones laborales ha llevado incluso en algunos sectores y en algunos países a reducir el tiempo semanal de trabajo a las 35 horas.
Sin embargo, hemos conocido en los últimos días que las autoridades comunitarias pretenden ampliar el tiempo máximo de trabajo semanal hasta las 60 horas de modo general y hasta las 65 para determinados sectores, dejando a la negociación individual entre trabajador y empresario la fijación de las horas concretas de trabajo semanal, en una práctica conocida como opting out.
Juventudes Socialistas de Calvià consideramos que la ampliación a 60 horas del tiempo de trabajo semanal es un retroceso histórico en las relaciones laborales y en las costumbres europeas en el ámbito del trabajo. De igual modo, creemos que la construcción europea se debe sustentar en las mejoras sociolaborales de los ciudadanos y ciudadanas de la Unión, y no en priorizar medidas de calado económico de dudoso beneficio para la sociedad.
No estamos de acuerdo con una medida de esta naturaleza, que perjudica la conciliación entre trabajo y vida familiar; que es contraria a la seguridad y a la salud en el trabajo; y que abre la puerta a prácticas de competencia desleal entre empresas.
Estas mismas personas que ahora defienden la jornada de 65 horas, son los que se llenan la boca hablando de la Europa del Conocimiento, la Innovación y la Calidad como forma de competir con las superpotencias productoras, como China. No puede haber contradicción más grande que apostar por la calidad y la innovación para competir en el mercado global y, al mismo tiempo, defender jornadas de 65 horas. Con tal cantidad horaria de trabajo no se fomenta la Europa del Conocimiento sino la Europa del Semiesclavismo
Por todas estas razones, confiamos en que todos los grupos políticos del término de Calvià expresen su repulsa a esta iniciativa, y expresen a través de las instancias que correspondan, un firme compromiso por los derechos de los y las trabajadoras, en los parámetros de una Europa social y cohesionada.

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